martes, 1 de octubre de 2013

Huellas gigantes grabadas en la roca, son evidencias de la visita de los antiguos “dioses” que vinieron del cielo?


Las impresiones en la India no es un caso aislado. En otras partes del mundo han sido encontrados otras gigantescas huellas dactilares que para los investigadores siguen siendo un enigma sin resolver. En septiembre de 1925, por ejemplo, James Higgins encontró las huellas gigantes de pies en lo alto de las formaciones rocosas de Pico Bushy, en los Estados Unidos.

[Ver también: Un dedo gigante descubierto en Egipto]

En octubre de 1926, el Oakland Tribune reportó la noticia de un descubrimiento realizado por el Profesor George Davis King, un geólogo de la Universidad de California.

El investigador encontró un par de pasos en un arrecife de coral cerca de San José, que mide un metro y medio largo.

En 1976 el famoso arqueólogo y antropóloga inglés Mary Leaky descubrió en Tanzania 70 huellas humanas grabadas en piedras, en el sitio conocido como "las huellas de Laetoli".

El Leaky dijo que los pasos parecían pertenecer a los de seres humanos modernos, el cual creó un gran problema: las depresiones eran una capa fechada en unos 3,6 millones de años.

Según la teoría de la evolución, ningún ser humano moderno podría haber existido en un tiempo tan remoto. Y entonces, ¿Qué sucede cuando una prueba no soporta una teoría?

A pesar de las afirmaciones de Mary Leaky de las impresiones de apariencia moderna, los científicos comenzaron a trabajar en la búsqueda de una explicación que se ajuste al evolucionismo.

Algunos dijeron que los pasos parecían pertenecer a una especie aún no descubierta; otros sugirieron que eran una criatura completamente diferente. Al final, llegaron a la conclusión que las huellas pertenecían a una criatura, como Lucy, entre simio y humano. Fin de la historia.

Finalmente, el año pasado, el explorador Michael Tellinger encontró una gigante huella de 1,2 metros en una roca de granito cerca de Mpuluzi, Sudáfrica.

Incluso en este caso, la roca sería de aproximadamente 3 millones de años. Pero las huellas descubiertas por Priyadarshi son diferentes. Parecen pertenecer a alguien que usaba zapatos, sandalias.

Estos resultados, junto con muchos otros, han dado paso a un creciente interés por parte de algunos investigadores a descubrir nuevas pistas que podrían probar la existencia de grandes hombres en el pasado de nuestro planeta.

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